viernes, 21 de noviembre de 2008

Alegría

¿Alguna vez se pusieron a pensar en el poder de la risa?. Andando por calle florida no puedo evitar reírme cuando veo a las personas pasar sonriendo por mi lado sin aparente razón, no es que me sonrían a mi tratando de seducirme ni nada parecido, simplemente caminan por la calle con una mueca de costado.
Es imposible resistirse a una buena carcajada, contagia el alma, despeja la mente, abre la conciencia, es una terapia muy efectiva y sobre todo gratuita.
Con los amigo del ex laburo fuimos a comer al famoso matambrito y surgió el recordatorio de un episodio que le había sucedido a Ari en su época de juventud (para más información leer la entrada anterior). A pesar de lo trágico de su relato era sumamente cómico escucharlo de él mismo, con los aportes y comentarios de Cope y Dito de fondo, aumentando aún más la comicidad del mismo. Llego un momento del relato en que todo, absolutamente todo, había perdido sentido, me encontraba a los gritos risueños en el medio del restaurante sin importarme que estaba saturado de gente, las lágrimas brotaban como la espuma en la garganta del diablo, tuve que pedir de manera desespera que detengan el relato varias veces porque me quedaba sin aire y sentía que en cualquier momento me desmayaba, desde la secundaria que no hacía tantos abdominales. Yo no era el único, todos estábamos a las carcajadas limpias, gran parte por el relato, gran parte por lo contagiosa de las mismas.
Santi tiene cierto poder sobre la gente, no podes estar mirándolo un rato sin que se te escape una sonrisa, al chiquito le encanta hacer reír a todo el mundo, conozca o no a la persona. El tipito tiene ciertos artilugios faciales que siempre dan resultado, muecas, risas chiquitas, mostrarte los dientes, soplar, escupir para todos lados, y la más reciente es la de la carcajada estilo el Guasón. Estas últimas son las más efectivas, imposible resistirse a esa carcajadita mezcla burlona y mezcla diversión.
Es increíble ir en el auto, mirar para los costados y ver la gente riéndose, me quedo sorprendido preguntándome de que me estaré perdiendo, hasta que me doy cuenta que Santi está jugando con todos, absolutamente todos los que mira al pasar. Es como si tuviese como objetivo cambiarle el humor a las personas, y siempre lo consigue para bien.
Espero que esa magia no la pierda, es único y divino, y cambia todo a su andar, mi vida sobre todo es increíble, y todo gracias a este pequeñito que no deja de reír.

2 comentarios:

Capitán Manija dijo...

particularmente he caído bajo el hechizo de santi... su ánimo es mágico, y su humor nunca deja de sorprender a nadie... dios le permita conservar ese desinteresado poder de alegrarle el día a las personas... cuando está presente es inevitable buscar su complicidad en la sonrisa...

tiene el toque... sí que lo tiene...

abrazo a la flía... (con vos me está costando un poco egú porque estás un poco grueso últimamente, pero bue, siempre voy a intentarlo)

quito.

Ariel dijo...

Coincido totalmente. Ese bebe tiene una magia sin igual. Tengo un par de amigos mas con bebes de la misma edad y ninguno tira la magia que tira Santi. Es inexplicable ver a un bebe que todavia no cumplio el año a la una y media de la mañana, pasando de brazo en brazo a las carcajadas como si fueran las 6 de la tarde!!!
Cada vez que uno pasa un mal momento, que esta aburrido o triste, buscar alguna anecdota que te levante el animo nunca esta de mas...
RIAMONOS QUE ES GRATIS Y HACE BIEN!!