Poco a poco me estoy dando cuenta que soy más débil de carácter de lo que siempre pensé. A las cinco de la mañana me he sorprendido a mi mismo cargando a mi hijo en brazos, paseando de rincón a rincón del departamento intentando que se duerma, aunque sea un momento, aunque sea un segundo, un rato de calma para poder descansar.
Luego de horas sin conseguir mi objetivo, varios cambios de pañales (no bien uno termina de cambiar uno, zas, se ensucia el otro, es un circulo vicioso sin fin), alguna mamadera bien cargada y haber entonado una serie de canciones de cuna, termino por enojarme con mi hijo, mirándolo con bronca, diciéndole ¡basta que te crees que sos!, ¡no aguanto más!, y él, con su mejor cara de angelito me regala una sonrisa de oreja a oreja. Alguna vez se ha visto una jugada tan sucia. Como se puede pelear contra eso, es imposible resistirse a la espontaneidad de un infante, a su dulzura sin igual. Y me dejo vencer, al suspiro de ¡Ma si, hace lo que quieras!.
Pueden estos seres tan pequeños y frágiles tener tanto poder sobre uno. Cómo hacen para hacerse extrañar todo el día, hacer que se desee solo llegar para estar ahí, junto a ellos, un ratito nada más.
Puede algo tan delicado cambiar el temple de una persona de una manera tan brusca.
Son varios los misterios que rondan este camino que me he dignado a cruzar.
Hay momentos en que se queda mirándote fijo, como analizándote. Esos ojos marrones se pierden en tu mirada y luego te encontrás ahí, parado, observando, hipnotizado, sin hacer nada más que mirar, esperando vaya uno a saber que de ese momento, solo dejando pasar el tiempo, sin importar lo pase por detrás.
Una de las sensaciones más bonitas en cuando se duerme en tu pecho, luego de estar un rato intentando que haga un provecho. Sus piernas dobladas formando una silla natural, sus brazos de lado como intentándote abrazar, su cara de costado con los ojos cerrados soñando sin soñar. Se siente el calor de su cuerpo, el pequeño latir de su corazón, algún suspiro de vez en cuando y mucho pero mucho amor. Es un momento inigualable, uno se siente poderoso, protector de todo lo puro y sano y este mundo, todo reunido en un ser de no más de cuatro kilos que en cualquier momento se puede despertar.
Como te sorprenden y eso que recién comienzo, ni me quiero imaginar lo que queda por andar.
viernes, 25 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Viste todas las cosas que se pueden vivir siendo padres? aunque nos hayan conatado un millon de cosas no son suficientes comparadas con vivirlas en carne propia... yo trato cada vez que me dejan de dormir con Bimbo así en mi pecho, es lo más hermoso que me pasó en la vida... seguí así Egu!!!
Publicar un comentario