lunes, 22 de octubre de 2007

Mi nuevo tratamiento

Ayer tuve mi primera experiencia de cosmética facial a cargo de mi novia. El tratamiento, según me garantizó, me dejaría la piel tierna y suave como la de un bebé. Ahora bien, ¿quién quiere tener la piel tierna y suave como un bebé?, pero como no soy una persona muy contradictoria y estoy abierto a nuevas experiencias (a parte de que quería ahorrarme el inventar una excusa para no ingresar en el experimento) accedí al tratamiento.
Como primer paso empezó a limpiarme la cara con dos productos de limpieza de la línea Arex (muy conocida y cara por cierto), una crema de limpieza (valga la redundancia) y un líquido de color celeste verdeaceo que se encargaría de terminar el trabajo. Luego con un algodón húmedo empezó a remover todos los productos anteriormente nombrados. Hasta acá todo normal, nada de que preocuparse o de qué alarmarse, salvo el manoseo craneal y las amenazas reiteradas de que si no me quedaba quieto, podía entrarme productos en los ojos y sería peor. Como muestra de la eficacia de los productos, mi novia me mostró el algodón todo marrón a causa de la suciedad diaria (ahora pregunto yo, ¿no se conseguía lo mismo con agua y jabón para qué la colección de cremas?, pero no es el momento de entrar en cuestiones filosóficas, sigamos).
Como segundo paso me hizo cerrar los ojos y la boca y me roció el rostro con un spray el cual contenía aguas termales. Si, si, escucharon bien, aguas termales en spray, un grande al que se le ocurrió la idea de cavar un pozo lo suficientemente hondo obteniendo agua un poco más caliente de lo normal y bautizándolas con el nombre de termales, embotellarlas y venderlas prometiendo acciones milagrosas, un verdadero genio, solo comparable a los inventores del cotonete o el escarbadientes. Pero como no tenía olor ni nada (como va a tener olor si es agua) no fue la gran cosa, así que decidí proseguir con el experimento.
El último paso consistía en la colocación de “fangos termales” en el rostro (si, barros, primero te venden agua y después barro, como no se me ocurren esos negocios). La primera impresión no fue gran cosa, quizás el rose un poco áspero, por las características del barro que provocaban una pequeña sensación de raspadura, pero nada distinto a pasarse una esponja vegetal por el rostro. A los segundos empecé a sentir un pequeño ardor, el barro a medida que se secaba iba ardiendo más y más hasta que de golpe perdía sus poderes. El barro seco provocó algo que nunca había sufrido en mi vida, no podía reírme, teniendo en cuenta que soy una persona que esta el ochenta por ciento del día con una sonrisa en el rostro, el no poder producir mueca alguna me causaba una gran impresión, comparable a quedar ciego o sordo por un pequeño período de tiempo (calculo, nunca sufrí ninguna de esas dos cosas, pero supongo que así debe ser la sensación). Luego de estar un rato con el rostro embarrado (antes cuando nos embarrábamos nos comíamos una paliza de nuestros padres, si supieran que ahora lo hacemos por simple coquetería que pensarían), llego el momento de la extracción de los productos utilizando una esponja especial (todo debe tener un producto especial, es un domino en fila, una ficha tira la otra para llegar al resultado final, si no, no sería negocio) la cual tuve que mojar delicadamente y con unos suaves golpecitos debía devolver la humedad al barro, luego con la misma esponja un poco más mojada, pasé a retirarme el barro termal del rostro.
Hasta acá el experimento, bueno hablemos un poco del resultado. Realmente me gusto como me quedo el rostro, sí, no se rían, me quedó la piel suave y tierna como prometía mi novia, era una sensación realmente rara notar que el rostro propio estaba más suave que un peluche (que a mi entender es mucho decir). No se si las cremas funcionan en realidad o son lo equivalente a los placebos de la medicina, pero noté un cambio y me gusto. Ahora les pregunto, ¿me estaré mariconeando? ¿al empezarme a gustar estas cosas entré en el prototipo de hombre actual? ¿es bueno experimentar con productos que antes sólo pertenecían al mundo femenino? ¿no estará la raza humana eliminando los límites entre lo masculino y lo femenino evolucionando hacia un nuevo ser más completo, que reúna lo mejor de ambos universos (o peor según se mire)?. Yo ya cocino, limpio, lavo la ropa, plancho, pretendo cuidar a mi hijo dedicándome a su higiene, educación y confort, gracias a un amigo empecé a leer (si leer, no se rían los muchachos del barrio) y a conocer a autores como Cortazar, Garcia Marquez, Borges, cuando antes lo único que leía eran los chistes del diario, los clasificados de cosas usadas y las revistas de propagandas, y por último ahora empiezo con los tratamientos de belleza. ¿En que me estaré convirtiendo? ¿esto es un paso normal? ¿dónde puedo llegar a terminar? Me daría miedo viajar en el tiempo para encontrarme con algo que no sería capaz de soportar ¿iré por el buen camino?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Egu! lo mejor que se puede hacer es conocer experiencias nuevas! recién cuando uno pierde todos los prejuicios es cuando uno llega a ser realmente uno mismo. Realmente es un lujo poder encontrar un blog así

LeO dijo...

Jamás pensé que te iba a tener que decir esto, pero no me dejás más alternativa: ESTÁS EN VÍAS DE SER UN METROSEXUAL.
Todos esperábamos de vos un RETROSEXUAL, un tipo que sabe que se come bien, se usa el gabán la mayor cantidad de tiempo posible y el jopo es lo único "estético" de lo que te ocupás.
Esto es demasiado... no sé si te voy a reconocer cuando nos volvamos a ver. Estoy muy preocupado, Egu!


Abrazo enorme para vos y para tu corajuda novia (hay que animársele a esa jeta, eh!)

Capitán Manija dijo...

increíble el poder de las mujeres para romper tanto y llegar a convencernos de hacer cosas muy femeninas... coincido con el kone en que te estás volviendo un METROSEXUAL... te falta nada más empezar la ditodieta y estás listo...
apurate, ponete a punto porque el último grito en la moda de los metrosexuales es salir a pasear con tu hijo y un caniche a la plaza los sábados a la tarde... (a la noche ya te están cocinando)...

eso sí, cuidado con la metrosexualidad que es muy delgada la línea entre metro y homo... y te van a mirar tanto mujeres como chavales... pero su lado bueno es que vas a poder elegir de acuerdo a la "apertura" a experiencias nuevas que tengas en ese día...

suerte con tu nueva vida gran egú!!!

avraso.