Alguna vez les conté de las facultades naturales que
tiene Santi para negociar lo que quiere, como nos enrosca en su pedido (de una
forma hermosa y elegante) para que le digamos que sí a sus demandas.
Lo que nos está pasando últimamente es que esta
característica práctica de su personalidad la está empezando a utilizar en el
colegio. El gran problema es que siento que estafa a sus compañeritos en vez de
hacer un buen negocio con ellos. Cambia una figurita repetida (valor 1 peso) por un blade
(trompo moderno con valor de 50 pesos), o una carta del mundial (valor 1 peso) por
un muñeco (valor de 40 pesos para arriba), o un par de galletitas que haya
llevado por varias figuritas que le faltan en su álbum, o simplemente se
aparece con cosas que le dieron por una simple promesa de que al día siguiente
les llevaría otra cosa a cambio.
Esta claro que es chico, que a esa edad no conocen muy
bien el valor del dinero, que ellos quieren cierta cosas y no les cuesta nada
entregar aquello sobre lo que están aburridos o cansados. Pero lo que me llama
muchísimo la atención es que siempre el que sale beneficiado es Santi, nunca
pierde en una negociación, siempre tiene todas las de ganar, y me pregunto, ¿hasta
qué punto esto es fruto de la ignorancia de precios y valores de los objetos y
cuánto es premeditado?
Todos los días se aparece con algo nuevo del colegio y
todos los días lo mandamos a devolverlo al día siguiente. Alguien hizo un
esfuerzo enorme para que ese nene pudiera tener un muñeco articulado de su
superhéroe favorito y no es justo que Santi se lo quede por haberle ofrecido la
figurita del escudo de Bosnia (que en cima la tenía repetida) a cambio.
No dudo que sus facultades sean positivas, que esto lo
beneficiará a futuro, pero hasta que punto es justo, para el resto de los
chicos, claro.
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