Uma tiene la gran particularidad de imitar todo lo que
hace su hermano. Ya sé, no es nada sobresaliente, todos los niños imitan a sus
hermanos y padres, es su forma de aprender, de relacionarse y adaptarse a su
medio ambiente. Por eso como padre tenemos que ser cuidadosos en lo que hacemos
o decimos, ellos nos observan para luego imitarnos y terminamos retándolos por
actitudes que nacieron de uno mismo. Es como con los espejos, la mayoría de las
veces no nos gusta ver lo que está delante, pero si hay alguien que puede
cambiar esa imagen o esa actitud en nuestros hijos que no nos gusta, solo somos
nosotros.
Pero volviendo a la gorda. Ella imita al hermano,
corre detrás de él, se tira al sillón, al piso, se sube a las sillas, se para
en las mismas, trata de comer sola, se enchastra toda, trata de tomar del vaso,
a veces lo consigue a veces se moja toda, dibuja con lápices, fibras y crayones,
a veces en la hoja, la mayoría de las veces en la mesa y lamentablemente muchas
en las paredes, el día a día lo tiene muy mimetizado con él, es su ejemplo a
seguir y eso a mi entender es muy bueno.
Pero hay otras cositas que no debería hacer una nena
de 1 año y medio. Agarra el sable láser de starwars y comienza a tirar espadasos
para todos lados, o de la nada comienza a gritar pis y te estira la mano para
que la agarres y te arrastra al baño, cuando llegamos se para en frente del inodoro,
se levanta la pollera, tira la pelvis hacia delante y comienza a decir “piiiiiis”,
luego acomoda el banquito que tenemos en el baño en frente de la pileta, se
para en él y espera a que le abras la canilla para lavarse las manos. De noche
decide ella a que hora bañarse, de un momento al otro comienza con el “agua
agua agua” y sale disparando para el baño, cuando llegas la ves sentada en el
piso sacándose las zapatillas o las sandalias y tirando del pañal para quitárselo
(todavía no descubrió las tiritas que lo mantiene pegado). Te pide el cepillo
de dientes y comienza a cepillarse solita y te reta si pretendes hacerlo vos
por ella.
Cuando preparo la cena ahora tengo dos cocineritos a
mi lado, Santi y Uma se me acercan y me ofrecen ayuda. La mayoría de las veces
los mando a poner la mesa, y lo veo a Santi salir con los platos y a la gorda
con el rollo de papel, a Santi con los cubiertos y la gorda con el pan y la sal,
a Santi con los vasos y a la gorda con la botella de coca de dos litros. Es muy
lindo verla caminar con algo que pesa una quinta parte de su peso, haciendo un
esfuerzo enorme por no caerse. Yo la persigo detrás (por las dudas, por si se
le complica con algo) y se enoja si quiero poner las cosas sobre la mesa, si
las comenzó a hacer ella quiere terminarlas, aunque apenas llegue poniéndose en
puntitas de pie.
Lo que más me molesta de su faceta de imitadora es
cuando me toma de referente a mí, no sé como es posible pero tiene la capacidad
de poner mi misma cara de culo, tremendo. Te mira seria, entre desconfiada y
enojada, y si no le gusta nada lo que haces o le dijiste en vez de gritarte mira para otro lado, ignorándote
para no entrar en conflicto.
Las palabras las repite todas, a su manera claro, pero
solo si está en confianza con quien las escuchas, sino no hablará en ningún
momento. Si escucha una canción intenta cantarla, si ve un baile intenta hacer
los mismos movimientos. En una de las reuniones de padres del maternal al que
iba el año pasado la preceptora de la sala de ella comentó que estaba sorprendida
por lo que hacía Uma, que la profesora de música había llevado un títere al que
le movía las distintas partes del cuerpo y pretendía que los nenes hicieran lo
mismo, salvo una nena de 3 años y Uma ninguno de los otros pudo o intentó
hacerlo, se quedó fascinada viendo como la gorda (de apenas un añito y 4 meses
en ese momento) se paraba en una pierna si el títere se lo pedía, saltaba, se
agachaba, daba vueltas, cualquier cosa ella lo imitaba, casi sin esfuerzos.
Así que a tener cuidado, se tenés un imitador en
frente no te queda otra más que ser un buen ejemplo.
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