viernes, 17 de enero de 2014

La imitadora

Uma tiene la gran particularidad de imitar todo lo que hace su hermano. Ya sé, no es nada sobresaliente, todos los niños imitan a sus hermanos y padres, es su forma de aprender, de relacionarse y adaptarse a su medio ambiente. Por eso como padre tenemos que ser cuidadosos en lo que hacemos o decimos, ellos nos observan para luego imitarnos y terminamos retándolos por actitudes que nacieron de uno mismo. Es como con los espejos, la mayoría de las veces no nos gusta ver lo que está delante, pero si hay alguien que puede cambiar esa imagen o esa actitud en nuestros hijos que no nos gusta, solo somos nosotros.

Pero volviendo a la gorda. Ella imita al hermano, corre detrás de él, se tira al sillón, al piso, se sube a las sillas, se para en las mismas, trata de comer sola, se enchastra toda, trata de tomar del vaso, a veces lo consigue a veces se moja toda, dibuja con lápices, fibras y crayones, a veces en la hoja, la mayoría de las veces en la mesa y lamentablemente muchas en las paredes, el día a día lo tiene muy mimetizado con él, es su ejemplo a seguir y eso a mi entender es muy bueno.

Pero hay otras cositas que no debería hacer una nena de 1 año y medio. Agarra el sable láser de starwars y comienza a tirar espadasos para todos lados, o de la nada comienza a gritar pis y te estira la mano para que la agarres y te arrastra al baño, cuando llegamos se para en frente del inodoro, se levanta la pollera, tira la pelvis hacia delante y comienza a decir “piiiiiis”, luego acomoda el banquito que tenemos en el baño en frente de la pileta, se para en él y espera a que le abras la canilla para lavarse las manos. De noche decide ella a que hora bañarse, de un momento al otro comienza con el “agua agua agua” y sale disparando para el baño, cuando llegas la ves sentada en el piso sacándose las zapatillas o las sandalias y tirando del pañal para quitárselo (todavía no descubrió las tiritas que lo mantiene pegado). Te pide el cepillo de dientes y comienza a cepillarse solita y te reta si pretendes hacerlo vos por ella.

Cuando preparo la cena ahora tengo dos cocineritos a mi lado, Santi y Uma se me acercan y me ofrecen ayuda. La mayoría de las veces los mando a poner la mesa, y lo veo a Santi salir con los platos y a la gorda con el rollo de papel, a Santi con los cubiertos y la gorda con el pan y la sal, a Santi con los vasos y a la gorda con la botella de coca de dos litros. Es muy lindo verla caminar con algo que pesa una quinta parte de su peso, haciendo un esfuerzo enorme por no caerse. Yo la persigo detrás (por las dudas, por si se le complica con algo) y se enoja si quiero poner las cosas sobre la mesa, si las comenzó a hacer ella quiere terminarlas, aunque apenas llegue poniéndose en puntitas de pie.

Lo que más me molesta de su faceta de imitadora es cuando me toma de referente a mí, no sé como es posible pero tiene la capacidad de poner mi misma cara de culo, tremendo. Te mira seria, entre desconfiada y enojada, y si no le gusta nada lo que haces o le dijiste en vez de gritarte mira para otro lado, ignorándote para no entrar en conflicto.

Las palabras las repite todas, a su manera claro, pero solo si está en confianza con quien las escuchas, sino no hablará en ningún momento. Si escucha una canción intenta cantarla, si ve un baile intenta hacer los mismos movimientos. En una de las reuniones de padres del maternal al que iba el año pasado la preceptora de la sala de ella comentó que estaba sorprendida por lo que hacía Uma, que la profesora de música había llevado un títere al que le movía las distintas partes del cuerpo y pretendía que los nenes hicieran lo mismo, salvo una nena de 3 años y Uma ninguno de los otros pudo o intentó hacerlo, se quedó fascinada viendo como la gorda (de apenas un añito y 4 meses en ese momento) se paraba en una pierna si el títere se lo pedía, saltaba, se agachaba, daba vueltas, cualquier cosa ella lo imitaba, casi sin esfuerzos.

Así que a tener cuidado, se tenés un imitador en frente no te queda otra más que ser un buen ejemplo.



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