miércoles, 15 de mayo de 2013

¿Por qué todo es tan difícil?


Una de las trabas fundamentales cuando comenzamos a construir en el 2011 era el tema del gas. El no contar con gas natural para calefaccionar bien la casa con Santi y sus broncoespamos y con Uma por venir, realmente me perturbaba el sueño.

Antes de empezar con la obra averiguamos por la posibilidad de extender la red de gas que pasaba a una cuadra de casa. Fuimos a varias empresas, nos asesoramos bien, obtuvimos presupuestos, hablamos con los vecinos, convencimos a 6 para pagar los costos de las obras, y nos prometieron que en 2 meses, 3 máximo, terminaban con todo. Esto era enero de 2012, así que antes del otoño y de que nos mudemos nos asegurábamos el gas en la puerta de casa.

Por supuesto que nada es tan fácil. La empresa tardó más de un año en hacer las obras, de cobrarnos a nosotros y de habilitar todo. Solo quedaba un detalle, nosotros no estábamos en condiciones de pedir el gas.

Cuando hicimos la casa contratamos a un gasista/plomero, que nos prometió que cuando finalizara su trabajo llamaría a un matriculado para habilitar todo. Esto nunca pasó, el tipo se borró antes de finalizar con su trabajo dejando todo a medio hacer y con el resto de la obra en marcha. Así que nunca pudimos llamar a la empresa de gas para que haga la inspección ocular (cosa que se hace cuando los caños de gas están destapados). Los albañiles siguieron trabajando, echando revoque, tapando todo. Luego llegó el enduído en las paredes, la pintura de la casa completa, y los caños de gas sin la inspección ocular.

La extensión de la red del gas se siguió dilatando, pasó nuestra primera primavera con días fríos, donde sobrevivimos a base de caloventores y pantallitas de gas embasado. Tuvimos que decidir qué hacer con el tema de la inspección, y decidimos contratar un gasista matriculado, que nos terminó cobrando el triple de lo que nos cobró el gasista original, pero que nos garantizó que pasaríamos la inspección sin tener que romper nada (o casi nada). Hicimos los arreglos que faltaron (es increíble la cantidad de cosas mal hechas que uno va encontrando a medida que empieza a revisar), iniciamos los trámites en Gamusi, nunca vinieron a hacer la inspección ocular así que la aprobamos, y solicitamos la inspección final.

Para esta última etapa era necesario tener las estufas colocadas en cada ambiente, así que con la ayuda de Pocho (mi tío), un cortafierro y una maza nos encargamos de colocar las 4 (endeudándome previamente en la compra de las mismas, claro, pero ahorrándome el pagar la mano de obra en la colocación de las mismas). La empresa que hacía el extendido de la red terminó su trabajo, y Gamusi comenzó a dar vueltas para enviarnos la inspección. Según el matriculado lo hacen a propósito por el simple hecho de que no tienen gas para vendernos, pero como no pueden decir eso nos meten otros tipos de excusas.

Llego el otoño de este año, y los primeros fríos y el matriculado nos aseguró el gas antes del invierno. Hizo lo imposible para que nos lo habilitaran y después de amenazas de conectarlo igual, aún sin permiso, Gamusi decidió enviar la inspección. Hace 3 semanas de esto, llegó el inspector, revisó todo, controló que no haya pérdidas y nos dejó el bendito papelito con el OK definitivo. El matriculado me felicitó, me asesoró con los papeles a presentar para que solamente solicitando el servicio en menos de 48 nos habiliten el gas.

Eso quise ir a hacer la semana pasada, un simple trámite ya que todo el problema mayor previo estaba resuelto. Pero no, nada es tan sencillo.

El jueves pasado la levanté a mi suegra a las 7 (como el terreno figura a su nombre quise asegurarme de no tener problemas con titularidad o algo parecido), armé una carpeta con todos los papeles (copias incluidas de todo), y me fui a hacer la cola a Gamusi. Después de una hora de espera nos atendieron, revisaron todo y comenzaron los problemas del tipo burocrático.

- Pero el domicilio que figura en tu documento no es el mismo de donde pedís el servicio
- No, es una casa nueva, no tenemos nada a nuestro nombre todavía
- Vas a tener que traerme un certificado de domicilio
- ¿Dónde hago eso?
- En el registro de las personas
- Ok, ahora vuelvo

- Buenas, necesito un certificado de domicilio para presentar en el gas
- Si, como no. ¿Para qué dirección?
- Esta
- Ah, pero eso pertenece a la delegación de Romero, no te lo podemos hacer acá
- ¿No me harías el favor? Lo necesito urgente, sino no puedo terminar el trámite
- Bueno, pero no te puedo poner el sello oficial, fijate si te sirve igual, andá a pagar esto y volvé
- Gracias

- Te traigo el certificado de domicilio
- A ver… Esperame un poco – el tipo habla por teléfono largo rato con alguien, discute con uno, con otro, le dice “pero trajo certificado”, nada, cara de poker, cuelga y me sigue hablando – Parece que no pueden cargar el número de domicilio para esa altura de calles
- ¿Y qué problema hay? No entiendo
- El sistema no deja cargarlo así que no puedo hacerte el pedido del medidor
- Entonces, ¿qué hago?
- Me vas a tener que traer un certificado de número de puerta
- ¿Y eso?
- Tenes que ir a la municipalidad, torre 2, subsuelo, y pedirlo ahí
- ¿Y con eso me das el gas?
- No, tiene que venir el matriculado a hacer la rectificación de todos los papeles, a cambiarle el número de casa con lo que te den en la municipalidad, después tenes que volver a venir vos a pedir el medidor de nuevo
- ¿Y con eso alcanza, ya me darías el gas?
- Si
- Seguro?
- Si
- Bueno, veo si puedo hacerlo

Después de estar 30 minutos esperando en la cola:
- Buenas, necesito un certificado de número de puerta
- Acá no se hace eso, es en la torre I
- Pero me dijeron acá
- Te habrán dicho mal, no es acá , es en la torre I, subsuelo

Otros 30 minutos esperando:
- Buenas, necesito un certificado de número de puerta
- ¿Venís a retirarlo?
- No, vengo a pedirlo, para presentarlo en el gas
- Eso no se hace acá, es en el primer piso
- Pero me mandaron acá, hace más de una hora que estoy dando vueltas para pedir el certificado
- Piso 1

Otros 30 minutos de espera:
- Decime que acá haces certificado de número de puerta
- No, al lado, en catastro, para que te llamo a alguien

10 minutos después:
- Necesito un certificado de número de puerta – a esa altura ya ni saludaba
- Sí, ningún problema, pasame tu dirección
- Toma
- Pero nunca se pidió el certificado para esta dirección, vas a tener que iniciar el trámite de cero
- Pero yo estoy recibiendo la luz y el agua en esa dirección, mira las boletas
- Pasa que antes las empresas de servicios ponían los números a ojo cuando daban el alta de los servicios, te debe de haber quedado de esa época, ahora por una normativa municipal se exige el número correcto
- ¿Entonces esto no existe? ¿Nunca di bien nuestra dirección?
- Así es, eso lo inventó alguien en su momento
- Bueno, que hago para iniciar el trámite
- Necesito que me des el plano del terreno
- Acá tenes
- Esto no es el plano
- Eso es lo que tengo
- Eso es otra cosa, no el plano, acá no me figuran los datos que necesito, no te puedo hacer nada
- ¿Entonces?
- Fijate si conseguís el plano

Me volví con mi suegra a su casa, ella comenzó a buscar el plano por alguna parte, lo fui a buscar a Santi, lo llevé al jardín, y volví a la municipalidad con lo que había conseguido

- ¿Te acordás de mi? ¿El del certificado de número de puerta?
- Si, el que no tenía el plano, ¿lo conseguiste?
- Tengo todo esto, es lo único que existe
- A ver… acá tengo esto, acá aquello, a ver, me falta eso…, acá está, bueno, ¿pagaste el estampillado?
- ¿El qué?
- El estampillado. Toma son $100 podés hacerlo en un pago fácil, sino en las cajas que se ven ahí

Después de 30’ minutos de espera y de pagar el estampillado sigo:
- Listo, tomá, ¿ahora me das el certificado?
- No, tarda unos 10 días como mínimo, volvé dentro de 2 semanas a buscarlo
- Pero yo lo necesito ya, para pedir el gas, se viene el invierno
- Dentro de dos semanas, antes imposible

Empecé el día con la certeza de tener el gas en 48 hs, y lo terminé con la promesa de un papelito dentro de 2 semanas para ver si realmente me hacen el favor de ponerme el gas vaya uno a saber cuándo.

Fue como estar jugando a escalaras y toboganes, el juego de tablero de cuando éramos chicos. Comenzamos hace 2 años, avanzamos varios casilleros, los dados caían siempre en números bajos, pero avanzábamos, luego nos caímos en algunos toboganes, a veces nos subíamos a alguna escalera chiquita, avanzábamos, volvimos a empezar el juego, volvimos a avanzar, y justo antes de llegar a la meta un tobogán que nos hace retroceder muchos casilleros, justo justo cuando ya estábamos llegando.

La vida es un simple juego, lástima que últimamente los dados solo nos suman los números equivocados.

1 comentario:

Ariel dijo...

UFFFF Diego, no lo puedo creer!!! Por un lado me pone contento que no hayas matado a nadie. Yo de tanto ida y vuelta hubiese terminado llorando resignado. A ponerle pilas y darle para delante!!