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Umía
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No, ni en pedo, yo soy el que la va a tener que
inscribir en el registro civil, y Umia no le pongo
-
Uma entonces – dice Santi
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¿Mami, estás de acuerdo? - le pregunto a la flaca
-
Sí, me gusta
-
Perfecto entonces, queda Uma
Santi eligió el nombre de su hermanita. No lo pensó mucho,
ni dudó en su elección. Él tenía en claro lo que quería. Es original, de eso no
caben dudas, pero esta vez no lo dejé ser del todo, le quité una i a su idea,
para que suene a algo un poco más real.
Uma significa “Cabeza”, en quechua. Todavía no sabemos si
porque va a ser una cabeza dura como su madre o porque va a ser muy pensante como su padre.
La única persona que conocía con ese nombre, hasta el
momento de su elección, fue a la actriz de cabellos rubios de Kill Bill. Santi
nunca vió esa película (aunque de seguro le hubiese gustado con tantas espadas
y luchas en la misma) ni ninguna otra en la que haya actuado la actriz
norteamericana, dudo que el nombre lo haya escuchado de ahí, estoy casi
convencido de que se le ocurrió a él, aún sin saber que era un nombre válido.
Para el nombre de Santi, si nacía mujer, habíamos hecho una
encuesta entre los amigos. Las opciones eran Agustina o Ariana (la segunda era mi
candidata, la primera la de la flaca). Había ganado Ariana por 9 a 8, pero al
ser varón terminamos poniéndole Santiago. A la hora de elegir el nombre de Uma,
no hubo posibilidad de elección no voto, Santi tomo la posta en la decisión del
nombre de su hermana, sin posibilidad a discutirlo.
- Y Ariana? No habíamos dicho Ariana la vez
pasada?
-
No, Uma
-
Pero Agustina? Aunque sea negociemos con
Agustina
-
No, Uma
-
Busquemos un nombre nuevo, Sofía, Ortencia,
Clarivel, fijémonos en internet, en los libritos de nombre, en alguna vidriera
-
No, Uma
Y quedó Uma nomás. El nombre me gusta, ya me acostumbré a
repetirlo, es corto, fácil de memorizar. Lo que me molesta un poco es el
diminutivo, no me gustaría que le terminen poniendo de sobrenombre “Empanada” a mi hija.
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