jueves, 24 de mayo de 2012

Entrevista - 1ra parte


En un futuro imaginario, donde los artistas independientes sean sumamente valorados (y cualquier cuatro de copas con un blog sea considerado un artista)  y los gustos literarios de las masas hayan sido desbastados y minimizados a simples letras tipiadas por cualquier inadaptado en una oficina; alguien me hará un reportaje a mí, un periodista reconocido, con trayectoria, con talento, un erudito en letras, algún reconocido personaje de la farándula que motivado por el alto rating que puede darle a su programa un escritor reconocido como yo.

El reportaje más o menos sería así:
-Es un honor contar con su presencia hoy en este piso. Sé que su tiempo es muy valioso, que sus responsabilidades son muchas, y que se haya tomado estos minutos para estar con nosotros hoy nos llena de alegría.
-El gusto es todo mío.
-Nos podría contar como comenzó a escribir, como nació su espectacular y extraordinaria carrera.
-Todo comenzó en el 2007. Con los compañeros de trabajo solíamos salir a comer, cada uno contaba sus anécdotas personas para divertir al resto. A los pibes les gustaba mucho una mía, la primera que escribí, la caída del puente. Con cada nueva persona que se sumaba al almuerzo, volvían a pedirme que la cuente. Un amigo me propuso que empezara a escribir esas anécdotas, para que no se pierdan en mi memoria. Y lo hice.
-Gran relato el del puente, siempre tuve la duda de si fue real o no el mismo.
-Todo lo que escribo como real es real, a veces tiendo a exagerar alguna que otra cosita, como para que cause más gracia, pero el relato del puente lamentablemente fue así
-Asombroso. ¿Cómo logró recompilar tantas vivencias, tantos momentos importantes en su vida?
-La vida misma está formado por momentos importantes, en este preciso momento estoy viviendo uno, es mi primera entrevista en público, como todos saben, la fama y los halagos no se llevan muy bien conmigo y siempre los intenté evitar, así que hoy, acá, se está produciendo un hito. Lo importante, lo realmente importante, es saber identificarlo. Luego la valoración del mismo se da de forma automática, y el traslado a las letras es algo natural. Lo único importante es valorar el momento que se está viviendo.
-Pequeño detalle.
-Y si, fácil no es, yo no dije eso. La mayoría de la gente valora el pasado, una parte muy pequeña de él. Intentan recordar lo bueno y olvidar lo malo, aunque la mayoría de las veces esa fórmula funciona al revés. Del pasado uno debe aprender para no perjudicar el presente con los mismos errores, pero casi nada más. Otras personas viven en el futuro, uno lejano, lleno de fantasías y anhelos que jamás, pero jamás se llegaran a cumplir. El futuro debe ser un objetivo, las acciones del presente son lo importante, lo que hacemos ahora para llegar a él. El camino que andemos, las cosas que hagamos, o dejemos de hacer para cumplir ese objetivo, será lo importante, aunque nunca lleguemos a él. El día de nuestra muerte, aunque no hayamos logrado ese objetivo, nos iremos en paz de este mundo sabiendo hicimos todo lo posible para llegar a él.
-Sabias palabras. Y Ud. ¿Está convencido que su camino fue el correcto?
-No lo sé, nunca lo sabré. Cuando en un futuro alguien analice mis pasos, se podrán valorar y apreciar los mismos. A mí sólo me interesa darlos.
-Estamos en lo correcto. Pero no cualquier vivencia suya termina en una historia, ¿cómo hace para saber qué vale la pena ser escrito?
-En el momento que la estoy viviendo, algo en mi mente ya me dice que ese presente merece ser contado. A medida que lo vivo, las letras cruzan mi mente, enlazando palabras y frases para describir ese presente, es algo mágico y automático, no lo logro controlar. Sé que esa será una gran historia aún sin haberla terminado de vivir.
-¿Y sus historias sólo tienen como objetivo hacer perdurar una anécdota en el tiempo?
-Al principio sí, luego cambié el paradigma de las mismas. Por el 2009 tuve que cambiar de trabajo, y ese tiempo que compartía con mis amigos desapareció. Ya no pude contarles en vivo lo que me pasaba, lo que vivía, lo que sentía a diario. Entonces decidí hacerlo a través de las historias del blog. La idea del mismo ya no fue perdurar una anécdota sino contar a diario lo que estaba viviendo. Luego llegaría Santi, y esa idea crecería exponencialmente. Mis textos se volcaron casi exclusivamente a él, con la única intención de que mis amigos siguieran su vida, sus pasos. De ahí el título de mi primer libro “Los pasitos de Santi Rondina”. Tenía la necesidad que mis amigos caminasen junto a él. Después volvería a cambiar la forma de escribir en mi cabeza, quise empezar a escribir para Santi, para que él tuviese una visión de su infancia, de su vida, de lo maravilloso que era de chiquito, de la felicidad que representó para nosotros, sus padres. Quise que Santi leyera mis textos y riera con ellos, recordando esos momentos, sus momentos, que habrá el libro junto a sus propios hijos, junto a sus nietos y les dijera “este era yo según la visión de mi viejo”. Todo empezó a girar alrededor de él, ya no pude escribir si no estaba Santi presente. Fue una época increíble en mi carrera de escritor, llena de momentos mágicos y únicos, llena de una fantástica realidad.
-Y luego llegaría la ficción.
-Ud. lo dijo. Comencé a experimentar con los cuentos cortos y luego con la novela. Lo bueno que tiene la ficción es que uno no tiene límite para sus historias, uno puede convertirse en el peor de los asesinos o el mayor de los perdedores, sin temer consecuencia alguna para sí mismo, ya que lo que escribe no es verdad, aunque lo hayamos imaginado y lo hayamos parido nosotros mismos.
-¿Y le gusta haber hecho ese cambio en su carrera? ¿Haber dejado las anécdotas personales del principio para dar lugar a un mundo fantasioso y ajeno?
-Lamentablemente nunca tuve la capacidad de que mis cuentos sean totalmente ajenos a mí, no soy tan bueno escribiendo o ideando mis cuentos. No quiero decir que voy a salir a matar para poder escribir una novela sobre un asesino en serie, no es esa mi intención. Lo que intento explicar es que uno, con sus capacidades limitadas, solo puede escribir sobre lo que conoce, quizá no sobre la temática del cuento, pero sí sobre el entorno, sobre los lugares donde se mueven los personajes, sobre los tiempos que manejan, las sensaciones que intenta trasmitir. Yo al escribir intento que el lector se ponga en la piel del protagonista, que sienta lo mismo que siente mi personaje en ese momento de la historia, y para lograr eso, primero tengo que sentirlo yo.
-Pero no se tire a menos maestro, su capacidad es ilimitada, Ud. forma parte de una nueva ola de escritores que salió de los parámetros tradicionales de la escritura para poder inculcar en una nueva generación de lectores el amor por las letras.
-No señor, mi capacidad es limitada, muy limitada, aunque eso no significa que no pueda imaginar. Un gran escritor, al que siempre admiré, era el gran Isaac Asimov. El hombre tenía la capacidad de inventar mundos nuevos, de inventar razas, universos, y a partir de todo ello armarte un cuento. Todo lo que escribía en un cuento te convencía de que era así, postulaba fórmulas, situaciones anormales, ciencia explícita, todo con un detalle y una calidad tal que no te daba oportunidad a negárselo, a discutirle algo. Si yo escribiese algo de ciencia ficción, de seguro al instante tendría mil voces remarcándome los errores en los que incurrí, las anomalías en lo que planteo. ¿Y por qué? Por mi baja capacidad como escritor. Solo soy capaz de escribir sobre lo que conozco, aunque sea cien por ciento ficción.
-¿Y de los cuentos de Asimov, cuál fue el que más le gusto?
-Sin lugar a dudas “La última pregunta”. Ahí se muestra claramente de lo que le estoy hablando, como el escritor hace gala de sus conocimiento de ciencia, física y metafísica. En un breve cuento uno se queda pensando “cómo se puede ser tan groso al escribir”, y el final del mismo es una verdadera obra de arte.
-¿Y a futuro maestro con qué nos piensa deleitar?
-No lo sé aún, yo no escribo porque quiera hacerlo, simplemente lo hago por necesidad, porque me surge en el momento. Calculo que mis hijos me seguirán dando letra para rato, me llenarán de historias hermosas y momentos gratos. Espero que mi imaginación sea capaz de crear nuevos personajes, atractivos y atrapantes para los cuentos que estén por venir. Pero todo eso forma parte de un futuro incierto, uno que no manejo. Solo tengo este presente, este instante, esta entrevista, por eso, la empiezo a escribir.

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