miércoles, 4 de enero de 2012

El alfajor (cuento corto)

Esa tarde volví del trabajo cansado. Pasé por delante de un kiosco y entré a comprarme un alfajor. “Dame unas gomitas y ese fantoche de chocolate”, le dije al kiosquero. El hombre puso todo en una bolsita y me lo cobró.

Llegué a casa, abracé a mi hijo, le di la bolsita con gomitas, besé en la frente a mi mujer, me saqué los zapatos, me senté en el sillón, prendí la tele, abrí mi alfajor. El mismo tenía una pelusita blanca en la parte de arriba, me fijé en el envoltorio y descubrí que se había vencido hacia una semana.

A regaña dientes y con mucho mal humor volví a calzarme y caminé las 4 cuadras que me distanciaban del kiosco.

- Buenas, hace un rato te compré este alfajor, está feo, con hongos, y vencido.- le entregué el alfajor al kiosquero, el hombre lo tomó, lo observó, y me lo volvió a dar
- ¿Y qué queres que haga flaco?
- ¿Cómo que quiero que hagas? Que me lo cambies por otro o que me devuelvas el dinero
- ¿Y yo cómo se que lo compraste acá? ¿Tenes el tiket?
- ¿Qué tiket? no me diste nada
- Ah no, entonces no te puedo ayudar
- ¿Me estás cargando flaco? ¿Cómo voy a tener el tiket de un alfajor? A parte vos tampoco me lo diste
- Problema tuyo, yo no tengo obligación de hacerlo por montos tan chicos, pero vos si tenes obligación de pedirlo si después vas a querer reclamar
- Ah bue, flor de garca resultaste
- No me faltes el respeto, yo a vos no te insulté
- ¿Y cómo se le dice a un ladrón como vos que se hace el boludo para no hacerse cargo de que vende las cosas en mal estado?
- Te pido que te vayas ya de mi local o te saco a patadas
- A quién vas a sacar pelotudo, yo de acá no me voy sin mi alfajor

El kiosquero salió de atrás del mostrador y me tomó con fuerza de los hombros. Le dí un cabezazo en la nariz. Del golpe retrocedió y me tiró un manotaso, lo sentí con fuerza en la cara. Me agaché y corrí con fuerzas hacia él, tomándolo de la cintura, su cuerpo rebotó contra la pared. Me pegó con el codo en la espalda, perdí el equilibrio. Como pude le patee en la rodilla y él también cayó. Reaccioné rápido y me le fui al humo, le sostuve los brazos con mis piernas y comencé a golpearlo en el rostro. Su sangre saltaba por todos lados, salpicando las paredes, los pisos y la mercadería del kiosco. Cuando me cansé me incorporé y miré todo a mi alrededor, el negocio estaba hecho un desastre. Tomé una botella de alcohol de una repisa y rocié su cuerpo, las golosinas, los estantes, hasta que se me acabó el líquido incoloro. Tomé una caja de fosforo, prendí uno y lo tiré sobre el cuerpo del kiosquero, la llama azul no tardó nada en aparecer. Salí corriendo del local y me paré en la vereda de en frente, las llamas avanzaron rápido quemando todo a su paso, incluso se extendieron a un departamento que estaba construido arriba del local. Escuché algunos gritos, de mujer, de niños, alguien rompió una ventana, pero solo empeoraron todo, las llamas se agigantaron. Llamé a los bomberos, pero tardaron demasiado en llegar al lugar, ya era tarde para todos los que estaban ahí.

Solo quería disfrutar de un alfajor después del trabajo, solo quería relajarme señor juez. ¿Qué pretendía que hiciera, qué me quedara en mi casa de brazos cruzados sintiendo que me habían estafado, qué se habían aprovechado de mi? Nunca pretendí llegar tan lejos, todo se desbordó, yo solo quería que el kiosquero me cambiara el alfajor. Ud quiere condenarme a pena de muerte por un alfajor, ¿eso le parece justo? Dejar huérfanos de padre a mis hijos, viuda a mi mujer, destrozarles la vida, marcarlos de por vida, todo solo por un alfajor. No es justo señor juez. Si pudiera volver el tiempo atrás haría las cosas distinto, evitaría que fallecieran esas 4 personas, yo no quería que se mueran, pero no puedo viajar en el tiempo, nadie puede. No condene a mi familia a una vida de miseria y humillaciones por un error mío señor juez, yo solo quería un alfajor, quería disfrutar de un alfajor.

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