- Vamos hijo acóstate .- Le decía la flaca a Santi mientras lo tapaba e intentaba que se duerma
- Quiero que me cuentes un cuento
- No, qué cuento, es tardísimo, a dormirse
- Uno solo, uno corto
- Está bien, te cuento un cuento “había una vez un nene muy protestón que no quería dormirse, la mamá le decía “vamos hijo acóstate” y él le pedía que le cuente un cuento, la mamá le decía que no y él insistía en que le contara uno”
En ese momento Santi empieza a reírse a carcajadas limpias
- Qué pasa hijo
- Ese soy yo
- No, es otro nene, uno protestón
- Habla igual que yo.- y se seguía riendo
- ¿Y cómo termina el cuento hijo?
- El nene le da un beso a su mamá y se duerme
Santi se sienta en la cama, la abraza a la flaca, le da un beso grande en la mejilla, se vuelve a acostar, se pone de lado con sus dos manitos debajo de la cabeza, cierra los ojos, e intenta dormirse solo, con una sonrisa en el rostro. Así se duerme a un príncipe, con paciencia e imaginación.
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