Ante cada nuevo acontecimiento del tipo afectivo (llámese cumpleaños, aniversario, día de …, etc), surge siempre el mismo problema, qué le compro a la flaca?
En nuestros primeros años de noviazgo la decisión era fácil: ropa. Acudía a alguna casa de prendas femeninas, escogía alguna de mi gusto y se la entregaba con la mejor de las intenciones. Varios errores llevan implícitos esta práctica, a saber, el gusto de uno nunca es el mismo que el gusto de nuestra mujer (el que no le haya gustado la camiseta con la que Godoy Cruz salió campeón en el ’74 no tiene explicación), el talle que uno cree correcto es siempre distinto del real (antes era siempre mayor, ahora es siempre menor, nunca fue igual), lo que uno compra siempre está pasado de moda (se ve que uno anda siempre atrasado en este aspecto, no sé porque las hombreras pasaron de moda si visten tan bien, por suerte existe la moda retro y se puede reutilizar lo mal regalado), las casas de ropa jamás devuelven el importe abonado (luego de haber revuelto el local de ropa por completo, si no se encontró nada que se adapte a los gustos de la omenajeada, uno termina por quedarse con un hermoso trapo para lavar el auto de ceda color naranja con escote en V y lentejuelas formando la palabra SEXY).
Al darme por vencido con esta metodología opté por recurrir al regalo emotivo o regalo sin sentido práctico alguno. La lista para este tipo de regalos es amplia y variada y uno nunca queda mal (aunque tampoco bien). Algunos regalos de este tipo son: flores (deje de regalarlas el día que me dijeron “la próxima flor te la llevas a tu casa, acá hay una baranda que no se aguanta”), plantas (parecido a las flores con el agravante de que le agregan “ahora a la plantita la cuidas vos”), chocolates (muy seguido surge la frase “pero no sabés que estoy haciendo dieta, no me ayudas así!!!”), tazas o vasos con alguna frase o motivo decorativo (que a la larga terminan por desaparecer porque en sus años de existencia solo lograron acumular mugre), poemas o algún tema musical escrito por mi (el problema es que soy muy malo escribiendo estas cosas y solo termino por obtener un “ah, gracias” medio dejando escapar el aire más que pronunciando el gracias), bebidas alcohólicas (al menos que su mujer no beba este tipo de bebidas, como es mi caso, o tome demasiado y termine poniéndose violenta y termine con la botella incrustada en alguna zona de alto índice dolorífico), una cena romántica (no sé cuando dejó de ser una opción el puesto de panchos de la plaza, antes le gustaba como regalo, ahora parece que el estar rodeada de salsas de varios colores y sillas de plástico ya no entran en su concepto de romántico) o una cena hecha por uno mismo con velas y brindis (el problema es que cocino todos los días así que pierde un poco de gracia, con las velas casi enciendo la casa un par de veces, y alcohol no puede porque todavía está amamantando).
Una sola vez intenté regalar dinero pero la sensación de que uno es un desalmado sin una pizca de sentimiento hacia la persona a la que se le hace el regalo terminó por inducirme a abandonar esta práctica.
El más efectivo de los regalos para mi mujer debe de ser el acompañarla a comprárselo y pagarlo en el momento. Esta práctica lleva varias ventajas, el acompañar al ser querido a hacer algo que le gusta (revolver ropa de mostradores y bastidores de todos los locales conocidos y por conocer), compartir un momento agradable y ameno (para ella), siempre se termina comprando algo que le gusta (aunque sea en ese momento, después llega a la casa y dice “¿pero esto me compre?, por que no me dijiste que me quedaba horrible”), y del talle adecuado (al menos que surja un “pero si el local me quedaba bárbaro, porque ahora no me sube de los tobillos”). El problema de este tipo de regalos es el que hombre lo suele aborrecer (no hay nada más frustrante, bochornoso y aburrido que estar parado en una casa de ropa femenina esperando, parado en la puerta de un probador, con decenas de mujeres empujándome, las cuales también se están probando ropa, así una y otra vez durante miles de locales) y consume demasiado tiempo (como trabajo de lunes a viernes 14 horas por día, solo contamos con el sábado para llevar a cabo estos paseos, y no hay nada más desesperante que sentir que perdí todo un sábado, porque siempre es todo el sábado, haciendo compras).
Actualmente opté por hacer regalos prácticos, sin intentar llegar al límite de lo común (una plancha, una escoba o un juego de sábanas son regalos en común, no sirven para un cumpleaños o una recibida, sobre todo la escoba), aunque a veces es muy difícil ponerlo en práctica (lo que no sea en común). Así mis últimos regalos fueron: para navidad una tv de lcd de 22 pulgadas (flor de regalo, me pasé acá, aunque no puedo reclamarlo en caso de una futura separación, lo que me va a doler en el alma), una engrampadora para nuestro aniversario nro 11 (¿no soy un romántico?), una máquina de café para el día de la maestra (lo pidió ella, no cuenta como regalo en común) y un velador para el día de la madre (en realidad ese es regalo de mi hijo, en algún momento se lo cobraré).
Nunca entendí porque las mujeres son tan complicadas para los regalos, mi vestuario siempre estuvo compuesto de un 90 por ciento de cosas regaladas, y lo que no era ropa siempre era bienvenido o le encontraba un uso práctico. Pero que se le va a hacer, uno la buscó, la mimó, y la malcrió, solo me queda agachar la cabeza, entrar a un nuevo local de ropa y ante la pregunta “¿me queda bien?” responder “perfecto querida”, esperando no ser descubierto en el engaño y terminar lo ante posible con ese sufrimiento.
lunes, 20 de octubre de 2008
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1 comentario:
Como crece esta blog, es increíble!
Estoy muy emocionado ya que este es mi primer comentario, aunque ya llevo leídas muchas de las entradas, y la verdad me parece un 10. No puedo entender como alguien puede describir una situación tan simple, destacando tantos detalles, hasta lograr llamar la atención del público lector. Yo creo que Egu tiene un don, un don magnifico que solo pocos pueden mostrar, ese don le permite para el tiempo, mirar una situación desde otro punto de vista, jugar con los movimientos, cambiar de persona, pensar como el resto y expresar lo que a todo el mundo le pasa sabiendo la manera justa para contarlo. En síntesis un genio de la redacción.
Egu, sos muy ocurrente, sabes que este blog me cambio la vida, me hace reír, llorar, soñar y por sobre todas las cosas leer!!!. Que quede mas que claro que me la paso los días comentándole a la gente conocida que no pueden dejar de visitarlo.
En cuanto al tema de los regalos, yo opte por elegir lo que a mi me gusta y si a ella no le gusta tiene la libertad de cambiarlo sin ningún tipo de problemas. Tambien es recomendable tratar de escuchar aquel pequeño mensaje subliminal que intentas orientar nuestras ideas de próximos regalos, es decir, cuando uno pasea junto a su mujer y de golpe escucha que la misma dice “que lindo ese saquito” o “que linda esa camisa”, esto se deberá almacenar en memoria y se tomará como base de idea para el próximo regalito. Ahora cuando uno pasea junto a su mujer y de golpe escucha que la misma dice “que lindo ese pantalón, mirá mi amor, que bien que queda con esas botas de cuero que hacen juego con esa cartera y ese cinturón hermoso, mirá, mirá amor que linda que es esa camisita, esperá que me la voy a probar, pero no la puedo comprar, es muy caro!”, en ese momento usted se debería dar cuenta que su mujer lo saco a pasear, que le esta diciendo que es un boludo y que como tal debería comprarle toda esa ropa. En ese caso recomiendo no comprarle nada, dejarla sola como un perro y buscar un nuevo amor.
Abrazo de talle de pantalón acertado.
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