viernes, 12 de septiembre de 2008

Análisis de la selección argentina de fútbol

Ayer surgió una cadena de mail con los compañeros de laburo donde se criticaba según diversos criterios la actuación de la selección argentina de fútbol ante el seleccionado de Perú. Las teorías eran varias, diversas, diferentes, contrarias, complicas, exactas y todas correctas. Cómo no puedo estar sin hacer nada al respecto yo también voy a dejar mi teoría al respecto (la originalidad se la dejo a los artistas de enserio).
No hay que darle importancia al fútbol, bajo ningún aspecto, en ningún nivel de la cadena, es sólo una de las tantas pasiones argentinas que con el tiempo se marketino y convirtió en un negocio más (muy grande por cierto). Basta de darle letra y de preocuparse por algo que no difiere de una novela del horario prime time de la televisión (momentos felices, momentos tristes, algunos de incertidumbre, algún nuevo personaje que ingresa a la historia a cambiar la trama por que ya esta media aburrida, personajes que abandonan la trama (consiguiendo donde le pagan más), cambios de guionistas, y siempre pero siempre la misma historia, que por lo visto sigue garpando).
Esto de somos potencia, o tenemos al mejor jugador del mundo son sólo excusas para vendernos camisetas, maquinitas de afeitar, antitranspirantes, medias, seguros de vida, bebidas energizantes, aspirinas y tampones con los nombres de las supuestas estrellas, y para que los cómicos tengan a quien imitar (al coco Basile) y no tengan que pedir el seguro de desempleo. En definitiva es un complot para que exista movimiento de efectivo en el mercado argentino y no aumente el índice de desocupación.
Dejémonos de joder con temas banales de este estilo y empecemos a preocuparnos por las cosas verdaderamente importes de la vida.

Lista de cosas verdaderamente importantes de la vida:

- Que no aumente el precio del matambrito de la casa en el microcentro
- Que no se agote el matambrito de la casa, y en caso de escasez que haya milanesa a la napolitana para reemplazarlo.
- Que las papas rejillas que acompañan al matambrito no estén rancias.
- Que si te cae mal el matambrito uno tenga un antiácido estomacal a mano, o un kiosco cerca, o uno de los inodoros del baño desocupado (y que justo justo en ese momento haya papel higiénico)
- Que existan por siempre las milanesas a la napolitana (ya solicite al congreso que se nombre comida nacional, lástima el nombre, habría que cambiarlo por milanesa argentina o milanesa patria o milanes San Martiniana)
- Que existan papas fritas para acompañar a la milanesa San Martiniano (en caso que sea aprobado el proyecto de ley estaría prohibido acompañarla con ensaladas o puré de calabaza o cualquier cosa que contenga menos de 500 calorías la porción).
- Que existan aún productos no dietéticos (cada día invaden más las góndolas, en cualquier momento sacan un mantecól cero calorías y me mudo a algún país del Asia donde te permiten comer cualquier cosa y nadie te controla las calorías del plato – hay un lugar en la india que prepara una cucarachas agridulces que son una delicia -)
- Que no aumente el precio de la nafta (repercute directamente en el precio de la carne lo cual repercute en el precio del matambrito de la casa)
- Que no se acabe el fernet del mundo (ni la coca para acompañarlo)
- Etc etc etc (se los dejo a los fieles lectores)

1 comentario:

LeO dijo...

No sé si estoy más de acuerdo con que el fútbol está sobrevaluado o sobre que la milanesa debería estar en la bandera argentina reemplazando al sol.
Un claro ejemplo, es que desde acá a miles de Km de distancia, extraño mucho más las milanesas que el fútbol y eso dice mucho...

Cómo tal vez tengamos diferencias en que la milanesa yo la prefiero de pollo y al horno y vos frita y de carne, LOS 2 A LA FINAL!

Un abrazo grande.