A lo largo de mi vida, según la situación del momento, algunas extremas otras no tanto, he tenido la capacidad de inventar frases. Como un ser superior que baja hasta mi cerebro y me susurra al oído, ¿Por qué no decís esta boludes? Y como uno es de carne débil termina sucumbiendo a sus pedidos.
En la primaria, haciendo unos ejercicios de matemática, noté que estaba mal el resultado propuesto por la profesora así que me acerque a la misma y en el tono más delicado posible le dije “Señorita, hizo cagada”, acompañado de una multitud de carcajadas a mis espaldas. Esa frase me valió la única firma en el libro de actas de toda la primaria.
Ya entrado a la adolescencia, siempre entre los muchachos, se hacían burlas en torno a la masturbación, a mi se me ocurrió decir “la paja es sexo seguro”, frase que me persiguió por el resto de la adolescencia.
Todos tenemos una muletilla, una frase que nos caracteriza, en mi caso era un saludo, cada ves que me encontraba con alguien decía “que haces rey”, hasta que un día lo tomando para la chacota y deje de saludar con frases predefinidas, un simple hola es suficiente.
En una fiesta, estando en grupo con mis amigos, paso otro grupito de chicos insultándonos sin sentido, luego de un rato decidimos irlos a buscar y partimos en el auto de uno de mis amigos. Cuando llegamos a un grupo nos dimos cuenta que no eran los que nos habían provocado, era otro grupito que triplicaba el número de personas del nuestro así que yo dije “si sabía que eran tantos no venía”. Frase que me catapulto al lugar de cagón número uno.
Otra es la que conté en una de las entradas anteriores, luego de que nos dispararan decidí reclinar del hecho de ir a bailar y me retiré del grupo con la frase “demasiadas emociones para mi por esta noche”, frase aún recordada por mis barrios.
En el medio del motín del colectivo, a la vuelta de un viaje de misiones, me novia a todas costas quería que interviniera, que grite, que hiciera algo por el inminente peligro al que estábamos expuesto, yo la mire y le dije “dejame dormir tranquilo, ya se va a solucionar solo”, aunque los golpes y los gritos no me dejaron dormir mucho que digamos.
Otra frase que me encanta y últimamente la utilizo muy seguido es “siempre se puede estar peor”, como para que el que este hablando conmigo en ese momento se de cuenta que se queja de más, de puro gusto.
Una frase, que no es de mi autoría pero me tiene como protagonista, es cuando dos años después de caerme del puente, caminando junto con un amigo, pasando en sentido contrarío dos jóvenes y uno le dijo al otro “no sabes, hace un tiempo un boludo se calló de este puente y se hizo mierda”, sin saber que era yo el boludo en cuestión.
Todos tenemos frases que usamos de manera corrientes, propias o ajenas, quizás escuchadas en algún lugar alejado o en alguna letra que nos conmovió de sobremanera. Les propongo que me las cuenten, que incluyan sus frases, aquellas que los caracterizan, que los distinguen de los demás, sus muletillas, parte de su personalidad.
jueves, 20 de septiembre de 2007
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2 comentarios:
Uso una frase para exagerar momentos que es "se vivieron momentos de intenso dramatismo".
Si siguiera vivo Deportes en el Recuerdo, sería una frase para que usen...
HOla Diego ...
Yo tengo estas frases con las que debo tener cansados a mis 'colegas' del proyecto RAR
"Todo tranquilo o todo tranquilombo?? "
" De diez para Once " cuando alguien pregunta como andas
" Tan bien que asusta "
" Tan bien que para que algo ande mal me tengo que poner un par de zapatos dos números mas chico "
Muy bueno el BLOG . . .
Fabian ( Del proyecto RAR )
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