viernes, 7 de septiembre de 2007

Algunas historias familiares

En todas las familias existen anécdotas familiares, mezcla de realidad, ficción, exageración extrema y mucha pero mucha imaginación. Piensen que si jugando entre cinco personas al teléfono descompuesto una frase termina perdiendo totalmente el significado original, ¿que puede llegar a pasar con una historia familiar que fue pasando de generación en generación? Cualquier cosa.
Pero como toda familia la mía también tiene sus historias, de las cuales solo pasaré a contar algunas (las que me acuerdo en realidad) lo más parecido a como las escuche.
Uno de mis bis abuelos tenía fama de mujeriego, bastante mujeriego. Allá por su provincia natal se organizaban bailes de sociedad, los cuales se dividían en grupos de personas formando distintas pistas de baile según sus clases sociales, bien diferenciadas en esa época (solo hagan cuentas de la fecha y se harán una idea). Si bien mi bis abuelo era de la clase “alta” (por decirlo de alguna manera) a él le gustara ir a la pista Puloi (nombre con el que se bautizó la pista en honor a un famoso limpiador de la época) donde podía corretear a las sirvientas y mucamas sin tener que estar pensando en el que dirán. Tal era el punto de su fanatismo por las mujeres que el buen bis abuelo falleció jugando al carnaval, persiguiendo a unas chicas para mojarlas.
Otro bis abuelo era dueño de un importante club de fútbol de su provincia (único equipo de fútbol de la provincia en llegar a la primera división), varias hectáreas de tierra, incluyendo las del actual cementerio de la ciudad, y muchas pero muchas vaquitas, cosa que se perdió en el momento de su muerte por que se comenta que era una persona muy confiada y jamás había firmado un papel de nada y sus respectivos socios terminaron quedándose con todo (siempre hay una anécdota de un familiar rico en todas las familias).
Otro bis abuelo tenía un aparato viril de gran importancia y tamaño, llegando al punto de su esposa tener que usar un aparato especial que facilitaba su ingreso a la hora de las relaciones sexuales (de esta rama de la familia no herede nada por lo visto). Tuvo numerosa familia y cuando los hijos se portaban mal los corría a escopetazos por los campos lo que genero en los niños una gran habilidad para trepar árboles y correr sumamente rápido. Este paternal y dulce personaje termino ahorcándose en su granero agobiado por las deudas. Se cuenta que los hijos escucharon ruido en el granero y corrieron para ver que pasaba, al abrir la puerta se encontraron con el padre ahorcado, y como quien no quiere la cosa, cerraron la puerta despacito, dieron media vuelta y se fueron (no vaya a ser cosa que el viejo todavía este vivo).
Dos de los hijos de este bis abuelo, en una ocasión, se encontraban haciendo las herraduras para los caballos, con un fuelle, mucho fuego y algo de acero. Uno de ellos se quejaba constantemente de un dolor de muela muy intenso que tenía, y el otro hermano no se podía concentrar en el trabajo, así que decidió revisarlo. Después de un rato de negación del dolorido terminó cediendo y mostrándole la muela. El hermano tomo un trozo de acero al rojo vivo se lo colocó en la muela y de un martillazo se lo clavo en la misma (si esto no es amor de hermanos el mismo donde esta). Años después, cuando al fin acudió a un dentista, sorprendido el profesional le pregunto como tenía hecho ese arreglo y al escuchar la historia no podía salir de asombro de cómo seguía vivo después de semejante atrocidad.
Otro pariente más reciente, un medio tío o algo así, se comentaba que era una persona extremadamente fuerte (un estilo superman que reemplazó los músculos por los rollitos, esto si lo herede de la familia, lo de los rollos no lo de la fuerza). Se cuenta que esta persona no lograba controlar su fuerza, todo lo que tocaba lo rompía, al punto de que no podía ajustar las tuercas porque las quebraba en el intento. En una ocasión se encontraba viajando con su novia en una motito y se les cruzó un taxi. Por la desesperación del momento y ante la inminente caída, tomo a su novia de la cintura para que no sufra tanto el golpe, pero termino por quebrarle tres costillas de la fuerza con la que la tomo. Al levantarse le dio un golpe al taxista que lo hizo volar sobre el auto, perdiendo el taxista la conciencia al instante. Si bien era grandote no por eso era lento así que se dirigió a la comisaría correspondiente a hacer la denuncia del hecho. Mientras que uno de los oficiales le tomaba declaración, ingresaba a la comisaría el taxista en silla de ruedas y con toda la cabeza vendada por el golpe, este pariente empezó a gritar ESE, ESE DE AHÍ, ESA ES LA PERSONA QUE ME AGREDIO.
Vuelvo a repetir, dudo que estas historias sean reales, son más leyendas familiares para pasar el rato y reírse un poco de las raíces.
No duden en dejar sus anécdotas familiares, me gustaría conocerlos un poco más, a ver de donde sacaron eso tan particular que los caracteriza. No se olviden que algún día nosotros también seremos anécdota, y por lo menos a mi me gustaría que mis bis nietos me recuerden con una carcajada.

1 comentario:

Luis Luchessi dijo...

A decir verdad no tengo muchas anécdotas familiares, sólo que extrañamente un tio mio desapareció y derrepente apareció una tía travesti que para colmo era más fea que pisar un rastrillo y que te pegue en las bolas, un abrazo y la verdad, que este es el mejor blog de la web!!!