- Papi, cantar
Me daba cosita ponerme a cantar en medio de la familia que había venido a festejar mi cumpleaños, pero ya me habían visto hacer cosas peores, así que…
- Yo tengo un sapo que se llama pepe…
- Basta diegui – Me dice Santi mientras me mira con sus grande ojos y mueve sus manitos. No se porque, pero en el único momento que me llama por mi nombre es cuando quiere que deje de aullar.
- ¿Queres que cantemos?
- Si
- ¿Entonces?
- Parate, cantar
- ¿Queres que me pare? – Todo pedido de santi lo suelo ratificar con la pregunta de lo que solicita
- Si – Moviendo la cabeza, y me agarra de la mano y me saca de la silla en la que estoy sentado
Me paro y vuelvo a comenzar
- Yo tengo un sapo que se llama Pepe…
- Basta diegui – Me dice de nuevo, pero esta ves golpeándome la pierna para que me calle.
Lo veo agarrar la silla donde estaba yo sentado y la empieza a arrastrar hacia la puerta.
- ¿Qué haces hijo con eso, a donde vas?
- Cantar
- ¿Y para qué te vas para allá para cantar? – No me responde
Santi pone la silla contra la puerta, se sube esforzándose para hacerlo, se para sobre la misma y apaga la luz. Al bajarse me mira y me dice:
- Cantar, torta
Y ahí caigo en la cuenta que quería cantarme el feliz cumpleaños, solo estaba poniendo en ambiente el departamento.
Seguimos con los problemas de comunicación, pero siempre de mi parte, Santi tiene muy en claro lo que quiere.
lunes, 22 de marzo de 2010
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1 comentario:
A riesgo de repetirme, insisto: tu hijo es un genio.
Feliz cumple, Egu.
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