miércoles, 22 de agosto de 2007

Mis carreras universitarias

Cuando termine la secundaria me encontré con la gran incógnita de ese momento: ¿y ahora que hago?. Como muchas ganas de trabajar no tenía me decidí por estudiar, inscribiéndome en bellas artes, más precisamente en diseño gráfico.
Como le abra pasado a la gran mayoría de las personas que ingresa a la facultad, la carrera elegida no tiene nada que ver con lo que me imaginaba. En mi ilusa visión de la misma me imagina diseñando publicidad gráfica, dibujando, creando, utilizando como herramienta principal la computadora, que era lo que realmente me gustaba. Nunca más errado. Me encontré con que tenía que presentar infinidad de láminas, dibujos a mano, análisis de cosas y cosas que realmente no me interesaban lo que fue propiciando mi abandono prematuro de la carrera. Lo que terminó por decidirme fue el preció de las acuarelas, cuando averigüé que tenía que gastar cincuenta pesos en tres pomos de acuarelas que no me duraban más que dos dibujos, que enzima corrían el riesgo de ser reprobados y tener que repetirlos, me di cuenta de que esa carrera no era para mi.
Al año siguiente me anote en Ingeniería en Sistemas, una combinación de las cosas para lo que era bueno, las matemáticas y la informática.
Poco a poco fui entrando en el mundo académico, acostumbrándome a los horarios dispares, a trasnochar por estudios, a las largas reuniones con compañeros intentado resolver enigmas indescifrables, etc, etc. Bue, no, de enserio, creo que nunca estudié más de dos horas seguidas, salvo cuando estaba al borde de perder las cursadas donde pisaba un poco más el acelerador, nunca tuve un grupo de estudio ni terminé una práctica completa.
En si la universidad no es tan difícil como lo quiere hacer parecer la mayoría de las personas, creo que eso lo hacen para mandarse la parte nada más.
Hay dos factores fundamentales si uno quiere avanzar en la universidad sin mayores esfuerzos, perseverancia y suerte.
De las dos cosas les puedo hablar un montón, soy experto en ambas. La fórmula básica es presentarse a las clases, hacer las cosas en clase, si se tiene tiempo realizar las prácticas en casa, y fundamentalmente presentarse a todas las fechas de exámenes, tanto finales como parciales. Yo debo ser la persona que más exámenes rindió en la universidad a la que concurrí, me presentaba a todos los finales a los que podía y no dejaba de ir a los parciales que me iban tocando.
Otro de los record de mi vida, uno de los tantos que creo insuperables, es la marca de 26 aplasos, con una nota de dos puntos, en finales, redondeando un promedio con aplasos de cuatro quince (junto algunos dos más y consigo un nuevo record, recibirme con promedio menor a cuatro, todo un logro). Tengo cuarenta y dos materias aprobadas, con un promedio de dos y media presencias en finales por materia, lo que redondean unos cien o más exámenes finales rendidos. Ya se, no dan la cuentas, lo que pasa es que muchas de las materias aprobadas son trabajos prácticos o promociones, lo que hace que baje mi número de desaprobados. Estuve cuatro veces a punto de perder las cursadas, aprobando en la cuarta y última posibilidad de la materia (es el mejor momento, uno corre con la ayuda de la lástima por parte de los profesores, lo que le da un plus extra a su examen).
Mi fórmula es básica y puede ser aplicada por cualquier persona con un coeficiente intelectual promedio. Primero se hace una encuesta (dos o tres personas no más, tampoco es cuestión de esforzarse más en esto que en el estudio) a compañeros de años superiores consultándoles sobre que le tomaron a ellos. A partir de los temas nombrados, se estudia solo esos, si son muchos se descartan los que tienen nombres complejos o formulas que no nos vamos a acordar. Eso si, hay que presentarse a todas las mesas de examen, esto es fundamental sino no cierran los números. Todo es pura probabilidad, uno tiene cuatro posibilidades para aprobar, si de una no le toman lo que estudio, se agrega a la lista de lo estudiado lo nuevo que le tomaron, y se presenta en la siguiente mesa, así repetidamente hasta que le tomen a uno lo que estudio, no hay forma de errarle, antes de la cuarta posibilidad terminan por tomarte lo que estudiaste. A veces se necesita de la suerte de nuestro lado, para que nos tomen lo que sabemos en las primeras fechas, sino se complica con el número de mesas de finales por año y uno termina por atrasarse.
No les voy a negar que es lindo tener buenas notas, llegar a sus casa y decir me saque un diez, y que todos te feliciten, pero a la larga es más lindo avanzar en la carrera y terminar de cursarlo lo antes posible, sacándose la carga de enzima.
Para todos aquellos que ingresan al mundo universitario les recomiendo mi técnica, es muy efectiva, salvo claro que quieran postularse a una beca o aspirar a un doctorado, donde el promedio de mucho no les va ayudar. Para los que ya están cursando y realmente estudian, los felicito, tengo una real admiración para con ustedes, son unos grandes sigan así.

(Cantidad de faltas de Ortografía detectadas por el Word = 18)

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