Llega el momento de toda persona donde debe dar cuentas ante el tribunal de disciplina de los cargos de los que se les acusa.
Sucede que anda dando vueltas por los pasillos de cierto banco de jerarquía internacional el rumor de que un depravado sexual, vestido simplemente un gabán, acosa a las mujeres en la ciudad de La Plata (hasta se ha dicho que a algunos hombres también).
¿Cómo nace un rumor, se intensifica, se le va de las manos a su creador y puede acabar con la reputación de seriedad y caballerosidad de una persona?
Sucede que en uno de esos tantos almuerzos que se producían en el trabajo, comente que estaba gordo. Que no, quien te dijo eso, nada ver, sentí escuchar por ahí (quizás fueron unos duendes malignos en mi cerebro que me retaron a confirmarlo, vaya uno a saber). Para afirmar mi comentario les dije que me había dado cuenta al salir del baño y ponerme a bailar en el living de mi departamento (la sensación más o menos fue como ver el capitulo de los Simpsons donde lo hacen a Homero correr en una cinta eléctrica). Ahí surgió la primera pregunta, ¿desnudo?. Como no conteste quedo la duda. Aunque no lo crean el silencio es una de las peores armas en una discusión o conversación, por que le da la posibilidad de imaginar al otro lo que tenga ganas.
Al tiempo, en otros de los almuerzos, se acordaron del episodio del baile en el living y me preguntaron si lo seguía haciendo. Como estábamos en invierno les conté que ya no salía del baño desnudo y me ponía a bailar, sino que ahora cuando salía de la ducha me ponía el Gabán para no tener frío y andaba bailando por ahí con el gabán.
Como era de esperarse, de la imaginación depravada de sus mentes, nacieron una serie de historias con respecto al Gabán, las cuales nunca me digne a desmentir ni refutar.
Los que si les aclaro es que no ando mostrando por ahí mis partes al mundo, si leyeron El puente parte 2, sabrán porque (aunque si la vida hubiese sido más generosa en el reparto es muy probable que lo estaría haciendo).
Lo siento a todos los admiradores del gabán, pero debo decirles que solo era un mito, una leyenda urbana, una historia fantástica más de las tantas que andan dando vuelta en el folclore popular (como los ovnis, el chupa cabra, papá Noel, los políticos honestos, la virginidad de Wanda Nara, la novia de Pablito Ruiz, etc, etc).
A las chicas del fan club del gabán mis más sentidas disculpas.
(Cantidad de faltas ortográficas detectadas por el Word = 9. Y si, el texto era un poco corto, tampoco vamos a mandarnos la parte de que estoy mejorando)
viernes, 27 de julio de 2007
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